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días pasados hemos presentado las diferentes maneras de iniciarnos en la oración de meditación, siguiendo a Jesucristo de la mano de santa Teresa. Veremos ahora los medios a nuestra disposición que ofrece la Iglesia.
No hay nada mejor para sumergirse en el mundo interior que acudir a un monasterio de vida contemplativa y pasar unos días con la comunidad de monjes o de monjas, viviendo su vida, participando de sus horarios, comiendo su misma comida, acudiendo a la oración de las Horas.
Mi consejo es que sin miedo solicitéis estar unos días con ellos. La inmensa mayoría tienen hospedería para los “siervos del amor” y los buscadores de Dios.
No importa la escuela de espiritualidad a la que pertenezcan. Teresa llegó a la madurez de la fe gracias al aprendizaje recibido de los dominicos, jesuitas, carmelitas, franciscanos, clarisas y algún sacerdote diocesano.
Busca un monasterio cercano, solicita pasar con ellos un fin de semana, o mejor aún, unos días o un mes. Respira el silencio, practica todos los medios de conocer a Jesucristo, consulta si te parece conveniente a alguno de ellos, son personas con mucha experiencia de oración.
Sería, en mi opinión, un modo excelente de decidirte a ser amigo de Jesús. Ademas, descubrirás uno de los tres carismas en uno de los seguidores de Cristo con Teresa: personas capaces de soledad, de vivir en comunidad y apóstoles.
Quienes lo viven desean repetir!!!
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