
La Hna. Andrea es carmelita descalza argentina. Nos explica el Cristo de Auschwitz y la imagen de hoy. Una poesía de Teresa sobre la cruz y una reflexión suya. Ver también su comentario debajo de la foto.
Hola Padre!! Queria contarle lo mucho que me cautiva el crucifijo que compartió en Facebook, es una imagen que siempre se me hace presente en los momentos difíciles y que me hace ver la fuerza de la fe y el amor de Dios que en ninguna circunstancia nos abandona, y además compartirle otra imagen del mismo campo de concentración de Auschwitz, es del mismo soldado polaco Stefan Jasienski, que grabó estos dibujos en la pared de cemento de su celda. A la izquierda está el crucifijo que compartió y a la derecha está el Sagrado Corazón de Jesús. Él también se dibujó en la imagen. Sus brazos están alrededor de la cintura de Jesús. Un perfil de su rostro está mirando el Sagrado corazón de Jesús. Una imagen muy fuerte… Un gran abrazo y siempre esta en mi oración!
Según los últimos datos estadísticos de nuestra Orden, las monjas Carmelitas Descalzas alcanzan el número de 11.500 hermanas, con un total aproximado de 890 monasterios distribuidos en 98 países aunque desafortunadamente muchas comunidades sufren por la falta de vocaciones e incluso alguna de ellas se ven en la imposibilidad de continuar planteándose la dolorosa decisión del cierre de los mismos, pero esto no es una dificultad para discernir y cumplir fielmente la voluntad de Dios con nuestras vidas.
Ahora quiero contarle lo que es ser Carmelita Descalza para mí; es llevar en mi vida el misterio de la Cruz de Cristo, una Cruz que más que sinónimo de ascesis, mortificación, sufrimiento, inmolación…, es sinónimo de AMOR, del amor de Aquel que me amó tanto que se entregó por mí; una Cruz conformada por un tronco vertical que me lleva a Dios, quien me regala con su amor y de quien estoy llamada a buscar su rostro, a dejarme invadir por su mirada, a ser transformada, más aún transfigurada en Él, por Él, con Él… y que tiene un tronco horizontal que abre mi mirada hacia mis hermanos, que me une a ellos, para que siendo parte de ellos les lleve la buena noticia: Cristo ha Resucitado!, la muerte ha sido vencida, somos hijos de Dios y nos ama incondicionalmente! Una Cruz de la que pende Cristo, luminoso, amante, con los brazos abiertos para recibirnos, con el corazón rasgado de amor por cada uno y que me enseña a ser parte de éste, Su cuerpo, que es la Iglesia, a luchar y rezar por ella y por cada uno de los que la conforman, a hacerme una con todos, y también a ser madre, hermana y prójimo de aquéllos “crucificados de hoy”, de los que no han conocido aún el amor de Jesús o que se han cerrado a Él; intercediendo por todos, llevando a la oración y en mi corazón los dolores y alegrías de la humanidad de la que somos parte. Siento que hoy, más que nunca, nuestros hermanos necesitan de amor, de escucha, de nuestro tiempo y nuestra oración, de nuestra cercanía… soy esposa de Cristo, enamorada de Él, y entrego mi vida en la oración y contemplación por amor a la Iglesia y de todos y cada uno de mis hermanos.
Nuevamente observo mi estampa del crucificado tallado en el muro de una celda del campo de Auschwitz y me encuentro con ese Jesús que me enamora, consuela, y cautiva…
En la cruz está la vida
y el consuelo,
y ella sola es el camino
para el cielo.
En la cruz está «el Señor
de cielo y tierra»,
y el gozar de mucha paz,
aunque haya guerra…
Caminemos para el cielo,
monjas del Carmelo.
Abracemos bien la Cruz
y sigamos a Jesús,
que es nuestro camino y luz,
lleno de todo consuelo,
monjas del Carmelo…
2 Comentarios
Un mensaje muy motivador, lleno de amor, fe y esperanza.
Gracias