Para muchos creyentes la Biblia es un objeto más en la estantería de libros situada encima de la televisión.
Otros son capaces de abrirla y quedan horrorizados ante la violencia del Antiguo Testamento. La vuelven a cerrar y hasta hoy.
Por otra parte, una tercera categoría de personas, miles de cristianos, leen el evangelio del día propuesto por la Iglesia sin que nadie les haya enseñado a meditar, ni sigan un itinerario espiritual.
Quienes a través de un itinerario espiritual comienzan a leerla no les es fácil al principio vincular las palabras de Jesús en los evangelios con su vida diaria.
- Con un poco de paciencia los “siervos del amor” se han ido acostumbrando a los relatos evangélicos y la Palabra de Dios comienza a decirles algo. El Espíritu Santo actúa.
- No tardando mucho, casi sin darnos cuenta, si perseveramos, todo comenzará a hablar, no solo los evangelios sino todo el Nuevo Testamento y más tarde el Antiguo Testamento. La Biblia se convertirá en el libro de nuestra vida, una guía donde encontrar la Palabra de Dios y comprender muchas de las realidades de nuestra vida, de la Iglesia y del mundo.
- Según Teresa de Jesús quién de forma habitual vive la oración de recogimiento comienza a distinguir las Personas de la Trinidad, a dirigirse a una u otra, a mostrar sus preferencias… Es decir, a encontrar su camino personal.
- Tampoco tendrá dificultad para bajar al hondón, al “centro”, y disfrutará de sus cualidades y belleza sin por ello sentirse superior a nadie, sabiendo que todo ha sido regalo.
- Se decidirá una y otra vez a seguir a Jesucristo y a parecerse a Él con todas sus limitaciones, sabiendo que el Señor ha acogido sus miserias al pie de la Cruz. Está aprendiendo a vivir de otra manera.
- Practica los sacramentos con asiduidad, vive la eucaristía en alguna comunidad, ayuda lo que puede a hacer un mundo mejor con su trabajo y quizás en algún voluntariado. Sabe que este es un camino lento pero seguro.
- Ha buscado y quizás conseguido poder compartir lo que aprende con otros en un grupo de cristianos. En ningún momento descuidará el crecimiento de las virtudes, porque sabe que sin transformación del corazón a imagen del de Jesús no hay avance espiritual.
- La Palabra de Dios ante esta situación tan favorable va a ocupar un lugar primordial en nuestra vida. Y a ella me quiero referir ahora siguiendo las indicaciones de la Iglesia católica
El Papa Francisco firmó el 30 de septiembre de 2019 una breve Carta Apostólica titulada “Aperuit Illis. Les abrió el entendimiento”
Su lectura puede ayudarnos a comprender mejor la importancia que desde ahora va a tener la Palabra de Dios. Instituye un domingo dedicado a la Palabra de Dios y tiene frases de la Biblia y de los Padres de la Iglesia que pueden servirnos. También remite a otros dos documentos de vital importancia cuya. Copio algunos de los párrafos más significativos, y la dirección de internet de los otros dos documentos:
- «Les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras»
(Lc 24,45). Es uno de los últimos gestos realizados por el Señor resucitado, antes de su Ascensión (…)
La relación entre el Resucitado, la comunidad de creyentes y la Sagrada Escritura es intensamente vital para nuestra identidad. Si el Señor no nos introduce es imposible comprender en profundidad la Sagrada Escritura, pero lo contrario también es cierto: sin la Sagrada Escritura, los acontecimientos de la misión de Jesús y de su Iglesia en el mundo permanecen indescifrables. San Jerónimo escribió con verdad: «La ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo» (In Is., Prólogo: PL 24,17)”.
“El Concilio Ecuménico Vaticano II dió un gran impulso al redescubrimiento de la Palabra de Dios con la Constitución dogmática Dei Verbum.
En aquellas páginas, que siempre merecen ser meditadas y vividas, emerge claramente la naturaleza de la Sagrada Escritura, su transmisión de generación en generación (cap. II), su inspiración divina (cap. III) que abarca el Antiguo y el Nuevo Testamento (capítulos IV y V) y su importancia para la vida de la Iglesia (cap. VI).
Para aumentar esa enseñanza, Benedicto XVI convocó en el año 2008 una Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre el tema “La Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia”, publicando a continuación la Exhortación apostólica Verbum Domini, que constituye una enseñanza fundamental para nuestras comunidades[1]. En este Documento en particular se profundiza el carácter performativo de la Palabra de Dios, especialmente cuando su carácter específicamente sacramental emerge en la acción litúrgica[2]”.
La Biblia, por tanto, en cuanto Sagrada Escritura, habla de Cristo y lo anuncia como el que debe soportar los sufrimientos para entrar en la gloria (cf. v. 26). No sólo una parte, sino toda la Escritura habla de Él. Su muerte y resurrección son indescifrables sin ella. Por esto una de las confesiones de fe más antiguas pone de relieve que Cristo «murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas» (1 Co 15,3-5).
Puesto que las Escrituras hablan de Cristo, nos ayudan a creer que su muerte y resurrección no pertenecen a la mitología, sino a la historia y se encuentran en el centro de la fe de sus discípulos.
Es profundo el vínculo entre la Sagrada Escritura y la fe de los creyentes.
Porque la fe proviene de la escucha y la escucha está centrada en la palabra de Cristo (cf. Rm 10,17), la invitación que surge es la urgencia y la importancia que los creyentes tienen que dar a la escucha de la Palabra del Señor tanto en la acción litúrgica como en la oración y la reflexión personal”.
Dirección de “Aperuit Illis. Les abrió el entendimiento”.
3 Comentarios
La Biblia y sus comentarios me está abriendo nuevos horizontes, y como a los de Emaús también el entendimiento. Doy gracias al Señor dador de todo bien.
Al principio me estaba costando mucho entender la Biblia, gracias doy por no haber tirado la toalla. Si por mí hubiera sido, hace días que lo hubiera dejado. Es el amor que siento dentro lo que me empuja a abrirla.Lo cierto es que empiezo a notar que gracias a esta perseverancia en la lectura del Evangelio voy entrando en la vida de Jesús y Jesús en la mía.Sin darme cuenta a nacido y aumenta el deseo de seguir sus pasos, de su Presencia en mi día a día.
Mucho ánimo Maribel y perseveremos