Comentario al capítulo primero de la sexta morada del Castillo Interior
(Dedicado a Geles y Marco)
Copio las primeras líneas del capítulo donde aparece lo esencial, con unas palabras clave que dan sentido a todos lo capítulos de las sextas moradas:
“Pues vengamos con el favor del Espíritu Santo a hablar en las sextas moradas, adonde el alma ya queda herida del amor del Esposo y procura más lugar para estar sola y quitar todo lo que puede, conforme a su estado, que la puede estorbar de esta soledad (…) Ya el alma bien determinada queda a no tomar otro esposo; mas el Esposo no mira a los grandes deseos que tiene de que se haga ya el desposorio, que aun quiere que lo desee más y que le cueste algo bien que es el mayor de los bienes. Y aunque todo es poco para tan grandísima ganancia, yo os digo, hijas, que no deja de ser menester la muestra y señal que ya se tiene de ella, para poderse llevar. ¡Oh, válgame Dios, y qué son los trabajos interiores y exteriores que padece hasta que entra en la séptima morada!” (M 6.1.1).
Comento las palabras clave:
“Herida de amor”, o “tierna de amor”, significa amor crecido. Deseos fuertes de amar a Dios y al prójimo. Como hemos visto, el amor va creciendo desde el conocimiento y la determinación de amar nacida de la voluntad. Si tienes muchas ganas de servir al prójimo y buscas a Dios con pasión, estás en la morada adecuada. El Espíritu Santo bajo el símbolo del fuego irá lanzando flechas encendidas. En medio de la vida.
Soledad. Hay dos tipos, la que oprime y genera vacío interior y falta de sentido y la buscada, o llena. En las sextas, la soledad vacía ha desaparecido porque te sabes habitado; la soledad llena se busca y se convierte en oración. Ésta no se cuenta por minutos, sino por horas. En el mundo de la oración de contemplación, que es donde estamos, debemos arriesgarnos a pasar por largos momentos de silencio y de contemplación del misterio. Las primeras veces puede hacerse pesado, a partir de la cuarta o quinta vez se transforma en una necesidad gozosa. Aprenderemos muy pronto a llevar el silencio habitado a la vida, en medio de la gente se puede caminar en silencio interior.
El deseo. O el ansia de amor. O su consecuencia, los “ímpetus“. En las sextas el deseo de Dios ha despertado del todo. Seremos buscadores del misterio, aprenderemos a ser “verdaderos amadores”. Jesucristo va a llevar las riendas de la relación, aunque siempre cuente con nuestra colaboración. Podemos y debemos acrecentar el deseo.
Los primeros pensadores cristianos que hablaron del deseo fueron, Gregorio de Nisa en Oriente (siglo IV) y san Agustín (siglo V) en Occidente. “El amor-deseo deberá irse purificando , liberándose de todo apego, incluso del de amar a Dios bajo la forma de apego, ya que a ese nivel no hay unión posible” (del libro “El deseo de Dios” de Antonio Mª Martín).
Aun quiere que lo desee más. De la ambición, posesividad, avaricia..., –cupiditas le llamaba san Agustín, amor-eros los griegos, hemos de pasar por una purificación a un amor parecido al de Dios, amor- caridad (ágape para los griegos).
El mejor ejemplo bíblico lo tenemos en el Cantar de los Cantares, donde la búsqueda del amado pasa por momentos de consuelo y alegría a otros de angustia y soledad. La purificación terminará en el desposorio espiritual de M 6.5. Otro ejemplo típico será el salmo 41, como busca la cierva corrientes de agua…
Una excelente explicación en la encíclica de Benedicto XVI, Deus caritas est. Un gran experto en el deseo se Dios fue el hermano Rafael, monje trapense del siglo XX. Su cuerpo se venera en el Monasterio de Dueñas donde vivió
Dentro de la historia de la Iglesia las sextas moradas se entienden como la purificación del amor haciéndolo pasar del eros al ágape. En ellas se despliega toda la originalidad y belleza del pensamiento Teresiano.
El habitante de las sextas lleva crecido el deseo, ahora le toca purificarlo. ¿Cómo? A través del dolor y sufrimiento. El resto del capítulo primero de las sextas nos contará Teresa las diversas formas de sufrimiento que le ayudan a purificar el deseo:
- La “grita” de personas con que trata
- Unos hablan bien y otros mal
- Enfermedades grandísimas
- Trabajos interiores, por culpa de los confesores
- Trabajos exteriores
- Temor al infierno
- Los trabajos que da el demonio, etc.
(Para los que viven en Zaragoza (España), los miércoles de las 19 a las 20.15, en la Parroquia de La Seo, nos juntamos en total silencio ante el sagrario un pequeño grupo. La iniciativa surgió en plena pandemia cuando falleció Marco, el marido de Geles. Estáis invitados, creyentes y no creyentes, sabiendo que a las 19.15 cerramos la puerta con llave)
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