La unión con Dios tiene varios componentes: la entrega de la voluntad, o donación libre del yo; su versión más profunda, o muerte sabrosa; la relación de amor con todo lo que esto conlleva de diálogo, silencio, etc.; recogimiento de las potencias, o suspensión; los preparativos para la unión, el crecimiento de las virtudes, las enfermedades, o sufrimientos de todo tipo, etc.
Si seguimos la doctrina teresiana, muchos entran en las quintas moradas, no son tantos los que llegan a la unión regalada. Santa Teresa valora la consecuencia de llegar a obtener el don de la unión regalada: un reciente deseo de ayudar a los demás. Es decir, ve conveniente que el máximo número de creyentes llegue a esa situación por el bien que pueden hacer a los demás, y porque Dios no se cansa de dar. Por todo eso, creo conveniente animarnos unos a otros y prepararnos lo mejor posible por si Dios nos la concede.
Todo regalo del Señor es DON Y TAREA. Se nos da gratis, pero se cuenta con nuestra colaboración. La respuesta del hombre al amor incondicional, no solo nos habla de nuestra identidad de cristianos, sino que nos exige una moral de amor a los demás, con una intensidad desconocida hasta entonces. Quien se siente amado por Dios es capaz de volcarse en el servicio a los demás, aceptar el sufrimiento y luchar a favor de las víctimas del mundo.
Los descubrimientos de la psicología humanista
Abraham H. Maslow fue el primer psicólogo decidido a estudiar la psicología de la salud y no sus enfermedades. Denominó como “experiencias cumbre”, aquellos momentos de la vida humana donde parece que llegas a una plenitud más allá del tiempo, capaz de cambiarte la vida del todo. Según su opinión, en la historia siempre se habían vinculado dichas experiencias con las religiones. Las desliga de las religiones y las considera experiencias humanas, que conducen hacia la “autorrealización“.
Puede ser útil leer el breve artículo de donde extraigo los datos:
Wlater Pahnke, propone las características de quienes viven experiencias cumbre según Maslow:
- Unidad (interna y externa)
- Una fuerte emoción positiva
- La trascendencia a las categorías espacio y tiempo
- Sentido de lo sagrado (numinosidad)
- Naturaleza paradójica
- Objetividad y realidad de las percepciones obtenidas
- Inefabilidad
- Efectos posteriores positivos
Más recientemente, y luego de estudiar las tradiciones de oriente, con especial énfasis en el budismo, Robert Gimello de la Universidad de Notre Dame (y ex de Harvard), realizó una clasificación más exhaustiva de las experiencias místicas:
- Pérdida del “ego” y sensación de ser uno con el universo
- Espacio y tiempo se difuminan
- Los Numinoso, lo sagrado está presente existiendo una sensación de conexión de tipo místico.
- La sensación de objetividad y de realidad profunda.
- Sensación Noética en la que la intución se abre a verdades profundas dejando atrás el pensamiento racional. Esta experiencia ha sido descrita por místicos como Ignacio de Loyola, Bernardo de Claraval, Al-Gazzali, Ovidio, Rumi, Ibn Arabi, etc. La superación del dualismo y de las contradicciones. Va más allá del principio de contradicción y del tercero excluido, llegando a la lógica transcendental de Hegel, o a la comprensión de la Tercera Fuerza de Gurdjieff, o a la coincidentia oppositorum de Nicolás de Cusa.
- Trascendencia de la experiencia de causalidad
- Inefabilidad.
- La sensación de profunda paz y alegría. Inmensa felicidad, coherencia y una armonía interna imperturbable
- La percepción de Luz o Fuego. Es la experiencia literal de la iluminación. Lo describió Hildergard von Bingen, Teresa de Jesús, Jacob Böhme, Jacopone da Todi, etc.
- Transitoriedad.
- Cambio positivo de conducta. Es un criterio fundamental. Todas las grandes huellas de vida religiosa profunda llevan a los sujetos que los experimentan a un mundo interno más rico y una mejora de calidad en el mundo emocional.
Lo curioso, según mi experiencia, es comprobar la cantidad de personas que han vivido cosas similares, con mayor o menor intensidad: en una relación amorosa, contemplando un paisaje, una flor, un bebé, en momentos concretos de oración, en circunstancias clave de la vida, etc.
Los avances de los últimos tiempos
Otra de las conclusiones a las que llego son los avances que se han producido -desde aquellos lejanos tiempos de juventud en que leía los libros de Maslow- y me interesé por conocer al pionero de esta tendencia, William James, de principios del siglo XX, quien tanto influyó en la creación de Alcohólicos Anónimos
Hace unos años nació una nueva escuela denominada “psicología positiva”, https://es.wikipedia.org/wiki/Psicolog%C3%ADa_positiva
También es objeto de estudio y discusión la psicología transpersonal: “La psicología transpersonal es una rama de la psicología que integra los aspectos espirituales y trascendentes de la experiencia humana, con el marco de trabajo e investigación de la psicología moderna. El término transpersonal significa “más allá” o “a través” de lo personal, y se refiere a las experiencias, procesos y eventos que transcienden la habitual sensación de identidad, permitiendo experimentar una realidad mayor y más significativa”.
Se centra, sobre todo, en estudios budistas y tiene muchos seguidores, incluyendo universidades con esta especialidad y también muchos detractores: https://es.wikipedia.org/wiki/Psicolog%C3%ADa_transpersonal.
Dentro de la psicología positiva, en la actualidad se estudia la fe cristiana desde las “experiencias cumbre”. Me refiero a una tesis doctoral disponible en la red, sobre una investigación de campo, cuyo enlace os copio:
Esperanza Sanabria Chamizo: La experiencia óptima (flow) en la práctica religiosa cristiana (estudio en una muestra española) https://riuma.uma.es/xmlui/bitstream/handle/10630/4679/TDR_SANABRIA_CHAMIZO.pdf?sequence=6
Copio las conclusiones para que podamos hacernos una idea de la actual investigación científica, sobre la psicología de la salud y su repercusión con la práctica cristiana.
“5.2. CONCLUSIONES
1) Se confirma que la práctica religiosa genera flow.
Aunque los datos transculturales refieren, en general, sólo un 5.6% de flow de tipo religioso, la práctica religiosa de los cristianos, en los grupos estudiados, reportan altos índices de flow obtenidos a través de las actividades religiosas.
2) Existen diferencias entre el flow por actividades religiosas en los laicos comparados con los religiosos. Los religiosos tienen más flow religioso que los laicos y son más conscientes de sus habilidades para la práctica religiosa, así como de que la fe sustenta la experiencia de flow. En general, los religiosos muestran mayor capacidad para planificar y realizar actividades cuando se encuentran solos. Tienen mayor motivación intrínseca y se sienten más satisfechos que los laicos.
3) Se observa consistencia entre las características psicológicas del flow y la práctica religiosa, según los valores que ya hemos señalado y que reflejan una mayor motivación intrínseca en los religiosos con relación a los laicos, tanto para F1 como para F2. Para toda la muestra la característica de no-aburrimiento es elevada, así como la de no-ansiedad. La claridad de metas es superior en los religiosos, los cuales presentan valores más altos que los laicos en autoexpresión y retos , para F1, así como en no-autoconciencia para F2.
4) El flow religioso aporta bienestar psicológico subjetivo, manifestado en sentimientos de tipo positivo, los que, a pesar de la conciencia de las propias limitaciones, hacen que los creyentes comuniquen gran ánimo y motivaciones profundas para su comportamiento como cristianos, actitud que extraen principalmente de la asidua y profunda relación con Dios y su apertura al servicio de otras personas.
5) La práctica religiosa tiene incidencias positivas en la trayectoria vital de los creyentes y poca incidencia negativa. Se observa una buena transmisión de la fe por parte de educadores, presbíteros, religiosos, familias cristianas, etc. En el subgrupo de los religiosos, las influencias positivas son mayores por parte de agentes externos a la familia, lo que en una sociedad secularizada, en la que las familias no están transmitiendo adecuadamente la fe a sus hijos, resulta un dato esperanzador en el sentido de que es posible la buena transmisión de la fe a través de testigos del Evangelio, aunque éstos no formen parte del ámbito familiar.
6) La práctica religiosa favorece la armonía integral de la persona, a nivel de armonía interior, a nivel de armonía social y a nivel de armonía cósmica. Los valores que sustentan las creencias cristianas son el referente para el comportamiento de los creyentes. En cuanto a los laicos se muestra una clara relación entre los valores religiosos y morales con la conducta cotidiana. En lo que se refiere a los religiosos, se supera este paso y lo que hacen es evaluar la conducta mediante sus sentimientos y emociones”.
Conclusión personal
La unión regalada de las moradas quintas es una forma de experiencia óptima (flow), profundamente humana aplicada al cristianismo místico.
Lo mismo puede decirse del conjunto de experiencias que seguirán a continuación, en las moradas sextas y séptimas. No hay ninguna patología en ellas, como pensaba la psiquiatría hasta hace bien poco.
El cristianismo actual puede dialogar, aprender y discutir con estas nuevas ciencias. El Espíritu Santo sopla donde quiere.
Los seglares, en estos tiempos recios, pueden y deben aprender y practicar -con la ayuda del Espíritu Santo-, todo aquello que beneficie a los demás y a ellos mismos.
Las conclusiones de Esperanza Sanabria coinciden básicamente con las de las “I Jornadas de Mindfulness y cristianismo”, dirigidas por el psiquiatra y amigo Javier García Campayo.
Actas publicadas en un libro. Si quieres escuchar alguna de las ponencias, ir a: https://www.webmindfulness.com/congreso/i-jornada-tradicion-cristiana-y-mindfulness/ Encontrarás dos intervenciones Teresianas, la de Pedro Tomas Navajas, y la mía.

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