Estamos “heridos” por Dios, dice el profeta Jeremías en la Palabra de hoy (31 de julio 2018) ¿Cuál es el origen de esa herida? Hay muchas respuestas a esa pregunta clave. Elijo una:
Los antiguos se preguntaban por la sonrisa del bebé después de mamar. Leí en un libro sobre Jesucristo el significado que se da en la actualidad.
El bebé cuando mama aprende las dos cosas esenciales de la vida, le llaman la “estructura fundante del ser humano”. Aprende a CONFIAR. La primera respuesta del bebé que no sabe hablar es la SONRISA. La vida debería ser siempre confiar y sonreír.
El origen de la vida espiritual es lo mismo. Confiar en el misterio de la vida que llamamos Dios, de la mano de Jesucristo y sonreír.
Comentario
Como nos anunciaba Antonio hace dos días, el Blog nacía al Universo digital, pero realmente este blog lleva gestándose un tiempo ¡como debe ser! y hace seis meses (julio 2018) empezaron ya a publicarse abundantes entradas (posts) en la red social FACEBOOK en concreto en la cuenta personal de Antonio.
Ahora vamos a ir publicando en el blog todas esas entradas (unas 70) para que el contenido nos quede más coherente puesto que ya sabemos que seguimos una senda, un itinerario, y está bien empezar por el principio.
El dia de hoy, que precisamente nos levantamos conmocionados, yo al menos, con la tristísima noticia del rescate del pequeño #JULEN comenzamos EL ITINERARIO y no es baladí que coincidan estas dos circunstancias, debemos saber que nos adentramos en un camino que tendrá sus buenos momentos y sus dificultades, en ocasiones muy difíciles de digerir, y creo que debemos partir con la firme o “determinada determinación” de no parar hasta el final , nada ni nadie podrá apartarnos de la senda del AMOR si entre todos nos hacemos espaldas y nos determinamos a no desfallecer.
El PEQUEÑO #JULEN Confía y nos sonríe, como no puede ser de otra manera, y nosotros abatidos por el sinsentido de esta rocambolesca historia , confiamos y sonreimos, y nos disponemos a comenzar la mas bonita historia que jamás vamos encontrar en ningún sitio que no sea el Corazón de Dios.