“No es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia”.
De María Noel:
En estos momentos difíciles releo las Moradas intentando dialogar con esta mujer del S XVI, para compartir algo en la línea de lo que venimos reflexionando.
Teresa nos alentó a ver los “signos de los tiempos”, no la escuchamos.
En Camino se nos muestra asombrada por la temática de los encargos que las personas les piden a las monjas que supliquen a Dios.
Hace un ejercicio de empatía, entendiendo la buena intención, pero se da cuenta que estamos distraídos. Y nos dice, a ver si caemos en la cuenta:
“estase ardiendo el mundo (…) No es, hermanas mías, no es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia”
(C1,5)
Ya había captado las dispersiones humanas, en qué nos entretenemos, en dónde ponemos nuestro “corazón”.
Hoy estamos todos inmersos en una situación mundial muy traumática, casi impensable, diría de ficción.
Nos revela que no estamos viviendo como verdaderas personas en relación. Primero no iba con nosotros, China nos queda lejos. Hicimos oídos sordos y nos quedamos mudos, como si no pasase nada. No nos tocaba de cerca.
Si no nos afecta el problema nos cuesta implicamos. Estamos en las primeras moradas. Tenemos puesta “la costumbre en las cosas de vanidad” (2M 1,5), actuamos miserablemente. Nos distraemos mucho en estos “negocios” personales, individuales y narcisistas.
Y el convivir humano no puede ser superficial. Teresa nos invita a profundizar en quién soy yo y quién es el otro, ir interiorizando ese proceso con los tenemos al lado, haciendo cada vez más íntima y profunda la relación. De esta manera se nos presentan nuevos dinamismos intersubjetivos.
Profundización en Dios y en nosotros mismos, que nos impulsa a la búsqueda de presencia acrisolada en el espacio interior, como todo auténtico encuentro interpersonal. Y esa relación profunda es en sí misma transformadora, generadora de hombres nuevos.
Podemos tomar esta situación que estamos viviendo, como una oportunidad de transformación.
Siguiendo el itinerario, el tratado espiritual que Teresa nos presenta, vamos logrando un grado mayor de profundidad, hasta llegar a quedar instalados en el centro de uno mismo. Máxima interiorización que como sabemos va a redundar en una máxima expansión. En verdaderas relaciones mutuas, cimiento del castillo. Lo que hoy necesitamos todos. Transformar este momento de sufrimiento en Gracia. Siendo más interiores, más orantes –más relacionales-, más prójimos de espíritu, asumiendo la responsabilidad que otro mundo es posible.
La característica de las 4M es la experiencia del otro/Otro, apertura al otro rompiendo con nuestro egocentrismo.
Tiempo de encuentro, de recogimiento, de quietud, centrándonos en el amor a Dios y a los demás. Es momento de aplicar una terapia intensiva para poder curar este “trastorno por déficit de atención al otro”.
Oportunidad de rehacernos como hombres nuevos. Si después de esta pandemia no somos mejores personas en relación, en ser con el otro, no hemos aprendido nada y el egoísmo, el “yoísmo” seguirá matando más que el corona virus.
Cuando abramos nuestras puertas, el mundo habrá cambiado. Está en nuestras manos el habernos transformado nosotros.
“El corona amor vence, es más fuerte, que el corona virus”
Padre M.Herraíz
Comentario
Gracias María Noel