
Esta entrada se publicó en noviembre de 2018 , por eso se refiere a la fiesta de todos Los Santos (1 nov)
La oración mental es “El camino para el cielo” (Vida 8.5)
Celebrar la fiesta de Todos los Santos y de los difuntos nos lleva a hablar del cielo en santa Teresa. Ella nos propone tres miradas al iniciar la vida espiritual: “poned los ojos en Cristo”, en el “centro” y “Los ojos en el verdadero y perpetuo reino que pretendemos ganar. Es muy gran cosa traer esto siempre delante, en especial en los principios; que después tanto se ve claro” (Vida 15.11).
¿Cuál es su concepción del cielo? Hay que tener un poco de imaginación para entender su mundo visual, el que ve con los ojos del alma. Se basa en el libro del Apocalipsis y en el de Tobías. Parte de la descripción del cielo que hace Laredo y lo reinterpreta a su manera. El cielo es un rectángulo inmenso donde son llevados los bienaventurados. En el centro está Cristo glorioso lleno de luz y calor. Encima el Padre y el Espíritu Santo. Junto a ellos la Virgen María. Luego se sitúan los invitados en orden jerárquico. Primero las diferentes categorías de ángeles, a continuación, los fundadores de las grandes órdenes religiosas que tanto bien han hecho a la Iglesia y, por último la multitud de fieles. Es una fiesta eterna llena de paz y alegría, donde a diferencia de los textos bíblicos no se come. A quienes viven allí les basta con disfrutar de la presencia de Cristo resucitado en carne glorificada.
Cuando Jesús recién resucitado le deja ver lo que sucede dentro, observa que solo una minoría ha llegado sin pasar antes por el purgatorio. Unos pocos han ido en directo. Debajo del cielo está el purgatorio. La visión del cosmos es idéntica a la del judaísmo, arriba el cielo, debajo de la tierra el infierno. Entre los dos hay un espacio, la zona intermedia. Elimina a los habitantes de la zona intermedia conocidos en la antigüedad, ángeles de diversas categorías, etc. Ese espacio también está ocupado por Cristo recién resucitado con cuerpo espiritual. Cristo lo inunda todo. Los ángeles los coloca en el cielo. Sabe que sus habitantes están a la espera de juicio en la segunda venida, pero da la impresión de que ve a las personas ya resucitadas en cuerpos espirituales, fáciles de reconocer, entre ellos sus padres. Es una fiesta sin fin.
Hay más. El Templo de Jerusalén es una copia exacta del cielo, el monte Sión. Ella da un paso más, el corazón de cada persona es una réplica del cielo. Cada uno somos un pequeño cielo. El otro no es el infierno, es otro cielo como tú. El cielo se construye en el corazón por el seguimiento de Cristo, y el futuro de la humanidad es convertir la tierra en un cielo.
Mantener y acrecentar esa esperanza futura alienta la vida, le da fuerzas. Cristo será Todo en todos. Las victimas del mundo tendrán la justicia que el mundo les ocultó.
Soñemos el cielo y pongamos los ojos en quien nos amó hasta dar la vida.
Y hoy 28 de marzo es el cumpleaños de Teresa. Ella desde el cielo lo celebrará, nosotros soñamos el cielo y lo celebramos con ella

Comentario
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Amen! Hermosa reflexión Padre Antonio! Feliz Dia de nuestra santa madre Teresa de Jesús! Un abrazo fraterno en el Carmelo!