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En la segunda morada, según mi opinión, se concentra todo en Jesucristo. Conocer y amar a quien nos “llama” de diversas maneras a seguirle. En un solo capítulo se resume la esencia del itinerario de Teresa.
Hoy nos centramos en la frase de la foto: Estamos “redimidos”, es decir, estamos salvados. En mi infancia nos decían que la salvación era el cielo y había que ganarlo o perderlo con nuestro comportamiento. Sin embargo, ella nos dice algo muy distinto: ya hemos sido liberados de cualquier esclavitud, ya estamos salvados, “redimidos”. La salvación es un don gratuito y una tarea. Nos cuesta creerlo.
Con un pequeño grupo de jóvenes nos hicimos ayer la pregunta por el significado de la salvación en nuestras vidas. En resumen dijimos: gracias a Él encontramos respuesta a las grandes preguntas que dan sentido a nuestras vidas y evitamos el estar vacíos; la salvación es volvernos a Él y llegar al final de la vida llenos de amor hacia los demás; Jesucristo nos lleva más allá de nuestros límites; la salvación es un don para salir de nosotros mismos, del egoísmo, al encuentro de los demás; salvados por Él, aprendemos a amar, a vivir volcados en otros sin buscar ningún interés personal. Y para ti, ¿qué es la salvación?
No “vamos a misa”, vamos a “participar en la eucaristía”, que significa “acción de gracias” por la salvación concedida por Cristo gratuitamente. Nos corresponde responder a ese don enorme con una vida según su voluntad.
Os propongo leer cuando podáis el capítulo 22 de Vida y Moradas 6.7. En ellos encontramos el modo de responder a las llamadas de Jesús desde su “sacratisima Humanidad”. Sin dejar de repasar Vida 11-13 y Moradas 2.
Con su ayuda, oración y acción, llegaremos a ser “verdaderos amadores”.
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